Seguramente no sea la primera vez que escuchamos el término “firma electrónica” pero… ¿Qué es exactamente? ¿Qué tipos de firmas electrónicas existen? Cada vez es más importante poder dar respuesta a estas preguntas en base a la actualidad y relevancia de las mismas en la sociedad actual.
Actualmente, podemos identificar tres tipos distintos de firmas: la firma electrónica, firma electrónica avanzada y firma electrónica reconocida. Diferenciándose entre si en cuanto al nivel de seguridad y confianza que proporcionan al usuario.
Veámoslo a través de ejemplos:
- Firma electrónica (a secas) se entiende cuando hacemos referencia al nivel más básico de autenticación. Por ejemplo, cuando hacemos login en una red social a través de nuestro usuario y contraseña, accedemos a nuestro correo electrónico.
- Firma electrónica avanzada: En este caso, estamos presentando un nivel de seguridad que permite garantizar que lo firmado no ha sido modificado después de la firma así como la identificación del firmante. Es decir, podemos garantizar que el documento ha quedado inalterado tras la firma garantizando la integridad del mismo.
- Firma electrónica reconocida: En este último caso partimos de la doble premisa de que existe un certificado reconocido y que la firma se ha realizado desde un dispositivo seguro de creación de firma. Las diferencias fundamentales con el tipo anterior son que: en primer lugar, la firma ha sido emitida por un prestador de servicios de certificación que, además, ha comprobado de forma fehaciente la identidad del titular del certificado.
Conforme avanza la tecnología, se van abriendo un abanico de posibilidades más amplio en lo que se refiere a la seguridad en Internet, así como la capacidad de relación empresa-cliente a través de medios digitales. La seguridad de los usuarios es una pieza clave en el desarrollo de nuevos canales de comunicación y, tanto usuarios como empresas, debemos estar informados de cara a comprender mejor los cambios e innovaciones que ocurren en el entorno.
