Ojos que sí ven

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La validación telemática de identidades personales debe hacerse con la máxima fiabilidad. Las empresas que certifican este tipo de servicios implementan medidas de seguridad cada vez más novedosas y fiables. Este es el caso de los dispositivos biométricos, aplicaciones y soportes físicos que escanean diferentes partes del cuerpo humano para definir patrones irremplazables que certifican, así, la identidad del sujeto. Se trata reconocimientos basados en características fisiológicas o de comportamiento. 

Entre las tecnologías empleadas, la identificación ocular constituye uno de los sistemas más seguros. Este método se divide, a su vez, en el reconocimiento del iris y en el escaneo de la retina y, aunque ambos proceden a la identificación del sujeto utilizando el sistema visual, su funcionamiento es muy distinto. 

En el caso del escaneo de la retina, el periférico utilizado proyecta un rayo imperceptible a la luz infrarroja que incide directamente en el ojo de la persona a identificar. En ese momento, los vasos sanguíneos de la retina absorben más cantidad de luz que el resto del ojo y reflejan otro porcentaje que es variable según el sujeto. De esta forma, se recoge el comportamiento de esa incidencia de luz en la retina, traduciéndolo a código y almacenándose en la base de datos de sujetos. 

Por otro lado, nos encontramos con el escáner del iris. En este proceso, una cámara de alta resolución con iluminación infrarroja se encarga de registrar la estructura de este elemento ocular. A continuación, estas imágenes son recopiladas en plantillas digitales creando una especie de huella matemática. 

Las características particulares de los elementos que conforman la estructura del órgano visual, hacen que la confiabilidad sea muy elevada, con tasas muy bajas de falsas aceptaciones y falsos rechazos. Además, el proceso de identificación es muy rápido y no requiere de dispositivos demasiado complejos, más allá del hardware de lectura ocular y un software para el procesamiento, interpretación y almacenamiento de los datos obtenidos. 

Si bien es verdad, en algunos casos esta tecnología puede sufrir alguna alteración. Esto puede deberse a una lesión en el ojo del sujeto, que altere su estructura física. Además, en el caso del escaneo de retina, la técnica puede resultar invasiva, ya que dispara una luz infrarroja que puede resultar molesta con el uso reiterado de identificaciones. 

Como hemo dicho, la alta fiabilidad de estos sistemas hace que su uso se extienda cada vez más. Es el caso de muchas instituciones de carácter oficial, aeropuertos u organismos de seguridad que utilizan este método para identificar a su persona y autorizarle a realizar determinadas operaciones. 

Además, el uso de dispositivos de lectura biométrica puede complementarse con otros sistemas, como el reconocimiento de voz o el escaneo de la huella dactilar. También, pueden utilizarse métodos como las tarjetas personales o códigos alfanuméricos, con lo que se consigue reforzar la seguridad notablemente. 

Sin duda, la constante transferencia de datos digitalizados obliga a reforzar las medidas de acceso no autorizado, para lo que es preciso disponer de herramientas que posibiliten la identificación precisa de los individuos involucrados en cada operación. 

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