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Contratos digitales más allá del Fintech

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Cada vez con mayor frecuencia, recurrimos a contratos digitales de todo tipo para suscribir determinados servicios o adquirir productos. Más concretamente, si estos se encuentran enmarcados dentro de la denominación de Fintech o Insurtech no debería sorprendernos el uso de esta tecnología. No obstante, aún quedan muchos mercados en los que los canales digitales no se han instaurado como un canal estándar de relación con clientes y en los que su aplicación puede resultar particularmente útil.

En este post, explicamos cómo los contratos digitales puede ser de gran utilidad en mercados en los que al menos por el momento no cuentan con una presencia mayoritaria:

  • Mercados inmobiliarios: Quizá aún quede en horizonte muy lejano el momento en el que podamos comprar una propiedad inmobiliaria a través de un Smartphone y emplear para ello un contrato digital. Sin embargo, en el mercado de los alquileres inmobiliarios, este hito se ve más próximo. Con la integración de este mercado en canales digitales y la acogida por parte de los usuarios en plataformas de alquiler de viviendas tanto vacacionales como residenciales, no nos pillaría por sorpresa que pudiéramos suscribir estos alquileres a través de nuestro smartphone y mediante contratos digitales.

 

  • Servicios logísticos: En el plano de la logística, es fundamental tener todo el proceso controlado y supervisado, pero también es necesario poder transmitir la confianza de que así es a los clientes. Precisamente, es aquí donde los contratos digitales, se plantean como un recurso con plena validez legal capaz de sustentar la propuesta de confianza que se desean transmitir en este tipo de servicios en un formato cómodo y moderno.

 

  • Sector sanitario: Antes de que un paciente se someta a algunos tratamientos concretos, es necesario que dé su cosentimiento a los mismos y deje constancia de que entiendo los riesgos que el tratamiento en cuestión pueda suponer. En algunos centros, ya se ha empezado a aplicar una alternativa digital al otorgamiento tradicional, llevando a una mayor agilidad en la gestión documental sin renunciar a los requerimientos legales que esta operación exige.

La contratación digital implica un salto cualitativo en cuanto a agilidad de los procesos y experiencia de cliente se refiere. Teniendo en cuenta la adopción que los canales digitales han experimentado en los últimos años por parte las empresas, y su aceptación por parte de los clientes; podemos afirmar que no será difícil que veamos acontratos digitalesutilizándose en estos mercados.

Vivimos en un entorno digital y, ahora más que nunca, las empresas podemos llegar a nuestros clientes de una forma más ágil. No obstantdebemos ser capaces de llegar a los clientes sin renunciar a la confianza característica de los canales tradicionales.

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